No hay nada imposible para el que cree y nadie tiene derecho a renunciar a su felicidad por más difíciles que soplen los vientos. Todo esfuerzo trae un resultado y siempre valdrá la pena esperar. Si hoy nos lo preguntan, la respuesta sería que no cambiaríamos el ruido de su llanto, ni las horas de sueño que se pierden en las noches, mucho menos el cansancio que doblega la cintura y la ansiedad de saber si estamos haciendo las cosas bien. No nos arrepentimos de nada, por el contrario, damos infinitas gracias a Dios por este gran milagro que nos cambió la vida y que nos ha enseñado a ser pacientes, a tener iniciativa, a sonreír más, a quejarnos menos, a disfrutar de lo simple y a entregar todo sin esperar nada a cambio.
Jerónimo es nuestro mejor regalo y nos enseña todos los días, porque con su mirada nos recuerda lo fácil que es amar, con sus sonrisas nos conquista y demuestra que todo puede ser mejor. Cada momento que compartimos, cada avance en su desarrollo, todo su entendimiento y bondad ratifican que la decisión de ser padres es un paso ineludible para alcanzar la felicidad.
Gracias Doctor Andrés y Reprotec porque son artífices de este gran paso que hoy vivimos con convicción y compromiso; en la vida nada es por azar, ya que afortunadamente los escogimos a ustedes como Jerónimo seguramente nos seleccionó a nosotros como padres, gracias a Dios por este gran tesoro que tenemos en casa y esperamos que sigan inundando los hogares del país con muchos bebés transformadores de vida.
Con mucho aprecio”